Dinámica de grupo para expresar emociones

A continuación se muestra una propuesta de intervención para realizar en grupos de adolescentes o adultos, con la finalidad de que adquieran habilidades sociales y emocionales. Concretamente, la formación es adecuada para incidir positivamente en los siguientes aspectos, entre otros:

– cohesión de grupo
– identificación y expresión de emociones
– miedo escénico
– escucha activa
– empatía

Esta propuesta se basa en una experiencia personal, en un curso de iniciación al teatro que hice.

3, 2, 1…¡acción!

Al comienzo de la sesión, se crea un círculo y quien quiera explica cómo ha ido la semana a los demás o cualquier cosa que quiera transmitir.

Después, se pone música (por ejemplo jazz alegre para activar a los participantes) y todos caminan por el aula libremente y cuando el profesor para la música, los alumnos dejan de moverse y miran fijamente a los ojos de la persona que esté más a su alcance durante cierto tiempo, aproximándose cada vez más la distancia entre ambos, cuando lo indique el formador.

Posteriormente, se hace una actividad llamada “piña”, que consiste en crear un círculo entre todos y cada uno de los integrantes del mismo, de uno en uno, da un paso adelante y se mete dentro de la redonda, diciendo la palabra “piña” en correspondencia con una emoción diferente (tristeza, rabia…) que el dinamizador va a decir cada vez que salga alguien. Tres últimos apuntes respecto a esta dinámica: (1) quien salga en medio del círculo tiene que expresar la emoción no sólo con las palabras, sino con el cuerpo, la gesticulación, (2) quien dinamiza debe formar parte del círculo, como uno más, de esta forma se crea una cohesión entre todos, (3) se pueden hacer varias “rondas”, dependiendo del número de emociones que diga el formador y del tamaño del grupo.

Seguidamente, se hace una dinámica llamada “véndeme el ‘boli’ ”, en la cual los alumnos, en parejas, tratan de venderse un bolígrafo entre sí.

Por último, se efectúa un juego que consiste en que los alumnos se coloquen en línea mirando a la pared, de espaldas al formador o formadora, que irá describiendo diferentes situaciones que los alumnos deberán representar, sin poder hablar, girándose automática y rápidamente tras la explicación de la situación. Quien se quede bloqueado o tarde demasiado en girarse resultará descalificado, y el juego acabará cuando sólo quede una persona. Un ejemplo de situación puede ser: “imagina que estás en el metro y entra por la misma puerta donde te encuentras la persona que te gusta, ¿cómo reaccionas?”. Otro ejemplo: “te acaban de dar una nota mucho más baja de lo que te esperabas…” y así tantas situaciones como quien dinamiza se imagine, con la intención, eso sí, de que los alumnos expresen emociones y muestren sus reacciones ante diversas situaciones.

Alternativamente, en este estadio final se puede poner un vídeo que haga reflexionar a los alumnos acerca de las temáticas con las que se trabaja.

Para concluir, es importante destacar que se debe buscar hacer una reflexión donde participen el máximo número de alumnos después de cada actividad, o en algunas de ellas (esto lo puede decidir el docente en función de si cree que hay aspectos relevantes a comentar, o en función de si cree que el grupo necesita parar el ritmo o, por el contrario, éste está demasiado bajo y por lo tanto no conviene lentificarlo).

¿Cuándo conviene aplicar esta propuesta?

Estas actividades pueden ser muy nutritivas para cualquier persona, ya que las habilidades sociales y emocionales ayudan al ser humano a integrarse en la sociedad o en cualquier grupo, la cual cosa puede traer beneficios a los participantes en esferas como las amistades, la familia o incluso la preparación para el mundo laboral. También puede ayudar a los discentes a mejorar sus relaciones con las personas con las que tengan poco trato.

Por otro lado, la propuesta formativa puede fomentar que los alumnos mejoren sus presentaciones en la escuela/instituto/universidad. También puede ser muy indicada para propiciar que las personas que no acostumbran a participar en el aula lo hagan o incluso para que los discentes aprendan a respetar los turnos de palabra y escuchar a los demás, en caso de que haya grupos-clase donde existan muchas dificultades para hacer debates o mantener diálogos.

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