Kahoot!, una herramienta sencilla para aprender jugando

Es probable que hayas oído hablar del juego Kahoot! o de la palabra “Kahooting”.

Pues bien,  Kahoot! es una aplicación online que día a día va ganando terreno en diferentes aulas de todo el mundo. Esto se debe a que te permite crear un sistema de respuesta múltiple basado totalmente en el juego y adaptable a cualquier edad y necesidad.

Este sistema de respuestas ludificado lo podemos ver desde dos vertientes: la del creador y cómo se crea y, por otro lado, la del participante y los modos de juego.

En primer lugar, se debe crear el juego. Para jugar, tan sólo el desarrollador necesita tener una cuenta; los participantes sólo necesitan un código pin. Esta herramienta te permite, como desarrollador, crear cuestionarios, encuestas o discusiones adecuándolos al público al que se quiera dirigir, y sobre los tópicos, conceptos y conocimientos que desee. Nos referimos a creador o desarrollador a grandes rasgos, ya que se da la opción de crear contenido a cualquier usuario, tanto a docentes como a alumnos; sólo debes indicar al registrarte si eres profesor, alumno mayor de 16 años, alumno menor de 16 años, si lo usas con fines empresariales o de una manera social.

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Quiero remarcar este hecho porque dentro de un contexto educativo es muy interesante, ya que nos permite realizar un trabajo peer-to-peer (de igual a igual), haciendo a los alumnos protagonistas de su aprendizaje a la vez que basa el aprendizaje no sólo en responder, sino en cuestionarse y hacer que se cuestionen sus compañeros de una manera divertida y atractiva. De este modo, el alumno puede adquirir tanto el rol de participante como el rol de líder al crear el recurso y presentarlo a los compañeros.

Por otro lado, el participante visualiza las cuestiones proyectadas en el aula y a la vez debe responder mediante su propio dispositivo. Esto lo hace a tiempo real mediante un sistema basado en el juego con la finalidad de aumentar el compromiso y la motivación de los alumnos.

Al implicar los propios dispositivos de los alumnos nos permite trabajar mediante un sistema BYOD (Bring Your Own Device), el cual nos hace necesitar tan sólo un ordenador al que se le puede conectar un proyector para visualizar las cuestiones (materiales que a día de hoy encontramos en casi todas las aulas educativas) y los alumnos podrán acceder al juego con cualquier dispositivo que tengan (tabletas, smartphones, ordenadores portátiles…). Esto es posible mediante el código que nos facilita la aplicación Kahoot! y que introduciéndolo en la web nos permite acceder al juego sin ningún tipo de inscripción ni descarga de un programa especifico, tan sólo nos pedirá un nombre o pseudónimo con el fin de realizar  posteriormente los leaderboars.

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Al hablar de leaderboards nos viene a la mente el feedback. Encontramos que Kahoot! nos ofrece a grandes rasgos dos modalidades, ambas en tiempo real. En el juego las cuestiones tienen un tiempo de respuesta. Una vez éste finaliza, aparece la respuesta correcta y un pequeño leaderboard de los participantes que han respondido más rápido. Además, una vez finalizadas todas las cuestiones del juego, se crea otro  ranking donde se clasifican todos los participantes y se muestra un resumen en formato tabla de todos los aciertos, fallos y tiempos de respuesta de los participantes. Estos últimos se guardarán en la cuenta del desarrollador del recurso en el apartado de resultados.

En definitiva,  esta modalidad de juego te da la opción de conocer tus “pros” y tus “contras” gracias a este feedback inmediato, en tiempo real y a largo plazo viendo las mejoras o desmejoras de los participantes al participar en diferentes cuestionarios.

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La aplicación que le podemos dar a estos recursos es bastante amplia y ajustable a cada caso, desde “romper el hielo” para introducir algún tema, pasando por revisar los temas que se han dado en el aula y reforzar conocimientos, hasta utilizarlo a modo de pre-evaluación o práctica antes de un examen.

Como punto positivo encontramos que el equipo de Kahoot! sigue desarrollando mejoras en la aplicación y nuevas modalidades de juego como el Ghost Mode, una manera en que los alumnos pueden re-realizar los mismos cuestionarios y batirse con ellos mismos para reforzar el conocimiento y la motivación.

Otro aspecto a tener en cuenta es que Kahoot!, partiendo de la experiencia propia con el juego en un aula universitaria y, a la vez,  viendo múltiples i diferentes opiniones en las redes sociales, en la gran mayoría coincide en el buen clima que genera este recurso en el aula.

El verdadero secreto de este juego es que, aunque trabajas mediante tu propio dispositivo, no puedes quedarte inmerso en él, sino que debes prestar atención a lo que ocurre a tu alrededor, ya que las preguntas y las respuestas sólo aparecen en una pantalla. Este sistema ludificado que Kahoot! nos permite introducir en el aula, independientemente de la edad, ofrece un entorno de excitación por parte de los participantes que da pie a un clima muy dinámico y colaborativo. Por otro lado, no debemos olvidar otros aspectos que desarrollan los participantes, independientemente del tema que se trate en el recurso: se potencian los reflejos, la atención, el pensamiento lógico y, en el momento en que se convierten en desarrolladores, la creatividad.

Classcraft: mejoremos la cooperación y el comportamiento en las aulas

En 2013, de la mano de Shawn Young, profesor de física de secundaria, y su equipo, surgió el juego de rol Classcraft. Esta idea fue el resultado de las necesidades que S. Young detectaba en sus alumnos, con el objetivo de incrementar el éxito en las aulas.

Este juego de rol anima a los alumnos a crearse un avatar, con los roles clásicos de esta tipología de juegos, haciéndolos partícipes de su aprendizaje de una manera cooperativa. Nos permite trabajar el currículum definido por el maestro, con  un clima gamificado en el aula,  pudiéndose usar como eje transversal del curso o del trimestre.

La ventaja de esta modalidad de rol es que incentiva el buen comportamiento en el aula ya que éste se verá reflejado mediante una puntuación en el juego con recompensas o desmejoras que repercutirán en todo el grupo. Es por ello que el juego exige un trabajo colaborativo entre iguales para realizar los logros. Además, se da la opción al docente de observar gráficamente el desarrollo de los estudiantes a lo largo del curso y del avance en el juego.

El entorno de aprendizaje no se reduce  tan sólo a la escuela, permite también un aprendizaje globalizado dando la opción a que padres, madres o tutores puedan darle continuidad en el hogar,  mediante ventajas por su comportamiento en las tareas o deberes.

El uso de este software electrónico de gestión del aprendizaje (LMS) gamificado nos da la oportunidad de trabajar habilidades “del siglo XXI” mediante un juego enriquecedor y cooperativo. Además nos da la opción de realizar nuevos métodos de evaluación interactivos.

Parece una gran idea convertir el aula y el aprendizaje en un juego, y da la sensación de que todo lo que nos ofrece son ventajas. No obstante, no dejemos de ser críticos sobre este método de desmejoras y recompensas que sigue el juego. Como docentes deberíamos plantear hasta qué punto debemos jugar, marcar límites o acordar espacios para trabajar de manera gamificada. No olvidemos que el juego debe actuar como soporte al currículum y no desviarnos de su atención.

En la web de Classcraft, según un muestreo de cientos de maestros que usaron el juego en sus aulas, se habla de impresionantes aumentos por lo que hace a la participación de los estudiantes, mejoras del comportamiento en el aula y el rendimiento académico, promoviendo la eficiencia en el aula. Aunque a su vez, no se habla de ningún resultado negativo.

La inscripción al juego es gratuita para el docente y permite el acceso a un número ilimitado de alumnos.